Mi Primera Vez

MI PRIMERA VEZ

¡Sin duda fue una experiencia inolvidable!

La primera vez que hice un tallado me sorprendí. Fue un llavero con el nombre de una amiga. El impacto que observé en ella cuando se lo mostré, fue similar al de una persona recibiendo una dote. Su reacción me dejó turulato. No esperaba ni imaginaba que lo recibiría con tanto asombro y aprecio; de hecho, la reacción fue bidireccional, en cadena; en ella por el sorpresivo regalo recibido y en mí, por el asombro que advertí en su rostro, ¡la adrenalina nos inundó a ambos! ¡Fue algo sensacional!

Mi primera herramienta, mi primera gubia, fue un pequeño, pero muy afilado cuchillo; elaborado manualmente con una hoja de sierra (para cortar metal) y polietileno. Quebré la hoja de sierra al tamaño deseado, e Inmediatamente procedí a elaborar el mango con polietileno muy caliente; luego encendí el esmeril y empecé a limar y a darle forma; no demoré más de 15 minutos y ya tenía un pequeño cuchillo que me serviría para cortar papel, cartón, soga, etcétera.

Conservo esta herramienta desde el año 1986, aproximadamente. La he usado para cortar todo tipo de materiales y si, alguna vez, hice un viaje de aventura, la llevé conmigo para usarla en caso de necesidad, y vaya que sí, siempre me fue útil.

Esta primera herramienta me introdujo por las sendas del arte en forma espontánea y natural. Nunca me propuse forjarla para fines escultóricos. No tenía ninguna noción del arte en madera y no imaginaba siquiera una pizca, que, de ese pequeño y oxidado fragmento de metal, fabricaría la herramienta que, luego de unos años, le daría forma a mi vida artística.

Hice varios trabajos con éste y con otros cuchillos de puntas diferentes, que posteriormente forjé con la ayuda de un familiar (hermano de mi mamá). Lograr darle forma a un trozo de madera con una herramienta tan rudimentaria es algo que, hasta la fecha, me deja pasmado. Hoy por hoy tengo herramientas más apropiadas, finas y exclusivas para el trabajo que realizo; pero me quedo asombrado cuando recuerdo esos años de tanta limitación y precariedad. Sin embargo, aún a pesar de la limitación, perseveré y siempre logré producir los cortes y los efectos deseados en todas mis obras de arte. Desde luego, con dificultad, gran esfuerzo y mucho desgaste físico.

El cuchillo, en general, es usado para cortar varios tipos de material. Muchas veces hemos sufrido cortes al momento de usarlo. También usamos el cuchillo como arma de defensa o de ataque: ¡son muchos los que han sido muertos con esta herramienta! En mi caso, más allá de los cortes que me he auto infligido accidentalmente ¡lo uso para dar forma y vida a la madera! El proceso de inspiración que resulta de la amalgama de emociones que se retrotraen a estados corporales me abre la oportunidad de generar ese soplo de vida inequívoco en mis obras, y que es advertido inevitablemente por todos aquellos que las observan.

La capacidad para lograr alguna cosa cuando se la persigue con tenacidad, es el medio que nos lleva a lograr el objetivo aunque nos encontremos en medio de dilemas, altibajos y azares de la vida. Es la voluntad de poder que nos empuja y nos brinda una amplia gama de posibilidades para desarrollar, inventar, ingeniar, concebir e imaginar lo que aún no es visible para alcanzar así la meta soñada.

¿Cuándo fue la primera vez que de un trozo de ‘nada’, obtuviste un ‘algo’ importante y significativo para tu vida? No dejes escapar ningún trozo de nada de tus manos, aun cuando por el uso te lastimes, porque todo ello te llevará por caminos insospechados y excitantes en tu vida; y aunque parezca complejo, proseguir, perseguir, persistir, insistir y demás sinónimos, son la mayor herramienta que tienes en tu ser, los utensilios que debes pulir y amolar todas las veces que sea necesario, para que los tajos sean cada vez más finos y precisos.

¡Prosigue a la meta!

Autor: Dennis Vigo

Edición: Segundo Rodriguez

12/08/2018

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